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Mapa de Peligros Alimentarios

Tricotecenos T-2 y HT2

Los tricotecenos son una familia de micotoxinas producidas por diferentes especies del género Fusarium. Las toxinas T-2 y HT-2 son micotoxinas del grupo de los tricotecenos y están producidas principalmente por Fusarium sporotrichioides y Fusarium poae.

Estos hongos no dañan las plantas, ya que son saprófitos, y pueden crecer a temperaturas entre −2 °C y 35 °C, con una actividad de agua elevada (>0,88). Por consiguiente, las toxinas no suelen encontrarse en el momento de la cosecha, sino que se originan cuando el grano se moja, particularmente durante el almacenamiento en instalaciones defectuosas, que permiten la entrada de agua o humedad.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) estableció en 1993 que las toxinas derivadas de la toxina T-2 no pueden ser clasificadas por su carcinogenicidad en humanos (grupo 3).

En 2002, el Comité Científico para la Alimentación Humana de la Comisión Europea (CCAH) estableció una ingesta diaria tolerable temporal (IDTt) combinada para las toxinas T2 y HT-2 de 0,06 μg/kg pc/día.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció en 2011 un valor de ingesta diaria tolerable (IDT) de 100 ng/kg de peso corporal para la suma de T-2 y HT-2. 

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció en 2017, para la suma de ambas micotoxinas, una ingesta diaria tolerable (IDT) de 0,02 µg/kg de peso corporal y día, a partir de estudios basados en los efectos adversos subcrónicos sobre el sistema inmunitario y hemático en ratas. También estableció una dosis de referencia aguda (ARfD) de 0,3 μg/kg de peso corporal según los eventos eméticos en visones. Estos valores de seguridad también incluyen, corrigiendo los factores de potencia correspondientes, a sus metabolitos.

Los efectos agudos de la ingesta de las toxinas T-2 y HT-2 son similares y están relacionados con el rechazo de alimentos y el incremento de vómitos y náuseas. También pueden producir inflamación y necrosis por el contacto con la piel.

La micotoxina T-2 inhibe la síntesis de ADN, RNA y proteínas, lo que causa muerte celular y necrosis de tejidos, especialmente de la médula ósea, que provoca una enfermedad conocida con el nombre de leucopenia tóxica alimentaria (alimentary toxic aleukia). También es extremadamente tóxica sobre la piel y las mucosas. La HT-2 es un metabolito de la T-2 y se considera que tienen una toxicidad similar.

Otros estudios sobre los efectos crónicos también muestran una inmunotoxicidad potencial debido a la reducción de formación de anticuerpos.

Los hongos del género Fusarium contaminan los cultivos en las plantaciones, que se ven favorecidos por un rango de temperaturas muy amplio, entre 2 °C y 35 °C y altas humedades. Una vez infectadas las cosechas, las malas condiciones de almacenamiento facilitan el crecimiento de estos hongos y la producción de las toxinas T-2 y HT-2, que es óptimo a temperaturas de entre 20 y 30 °C y actividades de agua superiores a 0,88.

Estas toxinas son relativamente termoestables y soportan temperaturas de hasta 150 °C. Esta característica dificulta su eliminación durante el procesamiento de los cereales y, por tanto, una vez formadas, se pueden encontrar en múltiples alimentos.

Según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), solo existe una notificación asociada a la presencia de las micotoxinas T-2 y HT-2 en alimentos, emitida en 2017 y asociada a cereales y sus derivados.

La micotoxicosis humana leucopenia tóxica alimentaria (alimentary toxic aleukia) fue descubierta en Rusia durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, se han descrito casos en animales domésticos en Europa, América y Japón. En el RASFF solo constan tres notificaciones asociadas a las micotoxinas T-2 y HT-2, la primera en 2017, siempre asociadas a cereales y sus derivados, dos de ellas en piensos.

Las toxinas T2 y HT-2 se encuentran en cereales, principalmente en la avena, aunque también pueden aparecer en el trigo, el maíz, la cebada, el arroz y las habas, así como en sus productos derivados, especialmente el pan, la bollería fina, los productos del molido de cereales, cereales para el desayuno, pasta y aperitivos.

De acuerdo con el estudio Micotoxines: estudi de dieta total a Catalunya 2008-2009, la T-2 y la HT-2 se detectaron en cereales del desayuno (55 % de muestras positivas), pasta (45 %), aperitivos a base de maíz (35 %) y pan de molde (25 %). Ninguna muestra positiva superó el contenido máximo legal.

Las medidas de control para la reducción de estas toxinas en los alimentos deben centrarse principalmente en la producción primaria y el almacenamiento de los cereales. Tanto la Comisión Europea como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han elaborado documentos que abordan las medidas preventivas de forma integral:

– Contaminación de los cereales por micotoxinas, con anexos sobre la ocratoxina A, la zearalenona, las fumonisinas y los tricotecenos (CAC/RCP 50-2003).

– Recomendación de la Comisión (2006/583/CE) sobre la prevención y la reducción de las toxinas de Fusarium en los cereales y los productos a base de cereales. Esta recomendación aborda los factores clave para el control de la contaminación en el campo: la rotación de cultivos, la gestión del suelo, la elección de la variedad o híbrido vegetal y el uso riguroso de los fungicidas.

– Recomendación de la Comisión (2013/165/UE) sobre la presencia de las toxinas T-2 y HT-2 en los cereales y los productos a base de cereales establece valores indicativos por encima de los que se recomienda que los explotadores de empresas alimentarias y de piensos investiguen sobre los efectos de la transformación de piensos y alimentos ante la presencia de toxinas T-2 y HT-2, o bien de los factores agronómicos que lleven a concentraciones elevadas en los productos no transformados. Estas investigaciones deben realizarse obligatoriamente en caso de que se obtengan repetidamente valores superiores al valor indicativo en los productos a base de cereales.

– Manual de la FAO sobre la aplicación del sistema de análisis de peligros y puntos de control críticos (APPCC) en la prevención y control de las micotoxinas.

ACSA. Agència Catalana de Seguretat Alimentària. Tricotecens del grup A: T-2 i HT-2. Micotoxines: estudi de dieta total a Catalunya 2008-2009. 2013.

Codex Alimentarius. Codex Alimentarius Commission. Prevención y reducción de la contaminación de los alimentos y piensos. Contaminación de los cereales por micotoxinas, con anexos sobre la ocratoxina A, la zearalenona, las fumonisinas y los tricotecenos (CAC/RCP 51-2003). 2003.

EFSA. Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Appropriateness to set a group health based guidance value for T2 and HT2 toxin and its modified forms. EFSA Journal, 15(1):4655. 2017.

EFSA. Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Scientific Opinion on the risks for animal and public health related to the presence of T-2 and HT-2 toxin in food and feed. EFSA Journal, 9(12):2481. 2011.

Comisión Europea. Rapid Alert System for Food and Feed. RASFF Portal. 2025.

Comisión Europea. Unión Europea. Recomendación 2013/165/UE de la Comisión sobre la presencia de las toxinas T-2 y HT-2 en los cereales y los productos a base de cereales. 2013.

FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Manual sobre la aplicación del sistema APPCC en la prevención y control de las micotoxinas. 2003.

FAO. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Mycotoxin prevention and control in food grains. 1989.

IARC. Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. Fusarium sporotrichioides, toxins derived from (T-2 toxin). IARC Monographs, Volume 56. 1993.

JECFA. Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives. Evaluation of certain mycotoxins in food. WHO Technical Report Series 906. Fifty-sixth report. 2002.

 

Otros

Meneely J, et al. (2023). T-2 and HT-2 Toxins: Toxicity, Occurrence and Analysis: A Review. Toxins (Basel). Jul 29;15(8):481. doi: 10.3390/toxins15080481. PMID: 37624238; PMCID: PMC10467144.

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