El virus de la hepatitis A (VHA) pertenece al grupo de los enterovirus, de la familia Picornaviridae, y es un virus sin envoltura con un genoma de RNA.
Existen seis genotipos (I-VI) del virus de la hepatitis A. Los genotipos I, II y III contienen cepas asociadas a la infección en humanos.
El VHA es muy resistente y se considera extremadamente estable bajo una amplia gama de condiciones ambientales, tales como congelación, calor, productos químicos y desecación. Puede persistir en el medio externo y permanecer infeccioso durante varias semanas, especialmente en aguas residuales contaminadas y en productos agrícolas regados por escorrentía o aspersión. Las concentraciones de desinfectantes que se utilizan habitualmente contra las bacterias patógenas no se consideran efectivas contra este virus.
El VHA es capaz de sobrevivir a valores de temperatura de −80 °C y puede mantenerse viable durante varios meses. En temperaturas de 24 °C, puede sobrevivir hasta 30 días en heces, mientras que a 4 °C es capaz de mantenerse activo hasta 330 días en agua mineral.
El rango de pH en el que el virus puede sobrevivir también es amplio, comprendido entre 3 y 12, lo que le permite resistir tanto ambientes ácidos como alcalinos. La resistencia al pH ácido y la cloración del agua facilitan la propagación de este virus.
La dosis infectiva del VHA es baja, situándose entre las 10 y las 100 partículas virales.