El género Trichinella es un parásito circular que pertenece a la clase Nematoda, también conocidos como gusanos redondos, y varias especies de este género son los agentes causantes de la triquinelosis (o triquinosis).
Los mamíferos son los huéspedes más importantes para Trichinella. Las larvas de este parásito se enquistan en el tejido muscular y se localizan fundamentalmente en los músculos estriados de mayor actividad y, por lo tanto, de más concentración de oxígeno (pilares diafragmáticos, músculos maseteros, intercostales, linguales, oculares, etc.). Se pueden mantener durante años en el músculo esquelético del huésped, hasta que sean consumidas por un nuevo animal o persona. Una vez se ingieren, las larvas viables invaden el epitelio del intestino delgado, donde generan nuevas larvas que, desde el intestino, migran por todo el cuerpo del huésped a través de la circulación linfática y sanguínea hasta introducirse en los músculos esqueléticos, donde la mayoría de especies forman quistes y pueden ser ingeridas por el siguiente huésped.
Seis especies tienen la particularidad de estar encapsuladas en los músculos: Trichinella spiralis, T. nativa, T. britovi, T. murrelli, T. nelsoni y T. patagoniensis. Hay tres especies no encapsuladas: T. pseudospiralis, T. papuae y T. zimbabwensis. Trichinella spiralis se considera la especie más patógena y es la causante de más dolencias humanas en todo el mundo.
En la península Ibérica se presentan Trichinella spiralis y Trichinella britovi. Trichinella spiralis infecta cerdos domésticos y salvajes, jabalíes y roedores, mientras que Trichinella britovi se presenta preferentemente en carnívoros silvestres.
Hay una gran variedad de animales que son reservorio de Trichinella, entre otros, cerdos, perros, gatos, caballos, ratas y animales salvajes como por ejemplo jabalíes, lobos, zorros y osos.
Trichinella spiralis se transmite de forma accidental al hombre por la ingestión de carne con larvas enquistadas viables que se liberan en el estómago.
El rango óptimo de temperatura para el crecimiento del parásito es de 35 a 40 °C. Las larvas pueden sobrevivir en un rango de temperaturas que va aproximadamente de 0 a 50 °C. En cuanto al pH, el valor óptimo se encuentra entre 6,5 y 7. Las larvas son capaces de sobrevivir en un rango de pH entre 5,5 y 8. En relación con la actividad del agua (aw), el valor óptimo es un nivel superior a 0,98. Una aw inferior a 0,85 puede reducir significativamente la capacidad de supervivencia del parásito.
Se estima que la ingestión de 5 larvas presenta una probabilidad media del 1% de síntomas observables de la dolencia; la ingestión de 10 larvas, un 7,5% de posibilidades, y la ingestión de 100 larvas, un 45% de posibilidades.