El hexaclorobenceno (HCB) es un hidrocarburo aromático clorado que se ha utilizado como plaguicida y como producto químico industrial. Mientras que su producción intencionada ha disminuido durante las últimas tres décadas, en 1981 se prohibió para uso agrícola en la Unión Europea, aun se forma como subproducto durante la fabricación de productos químicos industriales y diversas formulaciones de plaguicidas. Por otra parte, se ha detectado en los gases de combustión y las cenizas de incineradores y otros procesos térmicos. En este sentido, el HCB es muy volátil, lipófilo y muy resistente a la degradación en el medio ambiente. Como resultado de ello, puede ser transportado a largas distancias, acumulándose en los tejidos grasos de los organismos vivos. El HCB es ubicuo y se ha detectado en muestras ambientales y biológicas alrededor del mundo 1.
La OMS ha establecido una ingesta diaria admisible de 0,16 µg/kg de peso corporal/día, sobre la base de los efectos cancerígenos, a partir de la cual ha establecido un contenido máximo de 1 µg/l en agua de consumo humano. La IARC clasifica el HCB como posible carcinógeno humano (grupo 2B), basándose en los efectos carcinógenos observados en animales de experimentación.