Las fumonisinas son micotoxinas, productos del metabolismo secundario de algunos hongos, producidas por Fusarium verticillioides, Fusarium proliferatum y otras especies del género Fusarium, que se pueden encontrar como contaminantes naturales en cereales de todo el mundo, especialmente en el maíz. Las fumonisinas son compuestos polares muy estables que se clasifican en cinco grupos: A, B, C, P y H. Las fumonisinas del grupo B son las más comunes en la naturaleza, y la más frecuente del grupo es la B1, aunque también se han detectado las fumonisinas B2 y B3 en los alimentos. También son relevantes las formas modificadas de las fumonisinas, representadas por fumonisinas del grupo B hidrolizadas (HFB) o parcialmente hidrolizadas (pHFB), formadas por hidrólisis alcalina.
El Comité Científico de la Alimentación (Comisión Europea) ratificó en 2014 el nivel de ingesta provisional máximo tolerable de 2 µg/kg peso corporal/ día, que estableció el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) en 2011. En 2018, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) hizo una evaluación y estableció una ingesta diaria tolerable grupal (IDT) para las fumonisinas B1, B2, B3 y B4 de 1 μg/kg peso corporal/ día.