Mapa Perills

Mapa de Peligros Alimentarios

La patulina es una micotoxina producida principalmente por Penicillium expansum,aunque también pueden producirla otras especies de los géneros Penicillium, Aspergillus y Byssochlamys y, en pequeñas cantidades, especies de los géneros Alternaria, Fusarium, Trichoderma, Trichothecium, Mucor y Phialophora.

La producción de patulina depende de la temperatura y de la proporción de CO2 y O2 del aire. Las condiciones óptimas de producción por P. expansum son un pH de 6 y temperatura de 25 °C en pera y de 17 °C en manzana. Sin embargo, la producción de toxina se puede producir entre 0 y 25 °C. La producción de patulina es inhibida cuando el hongo se somete a una atmósfera con una proporción de CO2 del 3 % y del 2 % a 25 °C de O2.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) determinó en 1987 que la patulina no puede ser clasificada en cuanto a su carcinogenicidad en humanos (grupo 3).

El Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 1989 una ingesta semanal tolerable provisional de 7 µg/kg de peso corporal. En una reevaluación posterior, en 1995, este mismo organismo estableció una ingesta diaria tolerable máxima provisional (IDTMP) de patulina de 0,4 µg/kg de peso corporal a partir de los efectos observados en ratas: disminución de peso e incremento de mortalidad por inflamación de pulmones, laringe y tráquea.

Es una micotoxina que no se acumula en el organismo. Los efectos de ingerir dosis elevadas de patulina incluyen pérdida de peso, náuseas, vómitos y otros síntomas gastrointestinales (hiperemia, distensión, hemorragia y úlceras), y deterioro de la función renal.

La exposición a dosis repetidas de patulina conduce a signos de neurotoxicidad e inhibición de enzimas a escala intestinal y cerebral.

La ingesta crónica de elevadas dosis de patulina produce trastornos inmunitarios, neurotóxicos y gastrointestinales muy graves.

Todas las especies productoras presentan capacidad de crecer sobre frutas, hortalizas, cereales, queso y ensilados de hierba y de maíz. Esta micotoxina se detecta principalmente en productos derivados de la manzana, como zumos de manzana puros y compotas que han sido elaboradas con manzanas dañadas por el hongo. No se detecta en la sidra.

Según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), entre 2020 y 2024, se han comunicado once alertas por la presencia de patulina en alimentos. En la totalidad de los casos, los productos implicados han sido frutas, verduras y sus zumos.

La patulina se ha detectado en una gran variedad de frutas, principalmente en manzana, pero también en pera, membrillo, plátano, albaricoque, uva y melocotón. Normalmente, las manzanas (y también otras frutas) se almacenan en condiciones de refrigeración después de la cosecha para alargar su vida útil unas semanas o meses. En estas condiciones, P. expansum sigue creciendo y produciendo toxina. Por este motivo, los productos que presentan niveles más elevados de patulina son alimentos elaborados a partir de fruta, especialmente de manzana, almacenada durante largos periodos. Se observa una relación directa entre la parte de la fruta afectada y la producción de patulina, aunque existen casos en los que no se mantiene esta relación. La fermentación alcohólica destruye la micotoxina; sin embargo, se ha detectado en sidras y otras bebidas alcohólicas a las que se había añadido zumo de manzana después de la fermentación.

De acuerdo con el Estudi de dieta total a Catalunya de 2008-2009 sobre micotoxinas, la patulina se cuantificó principalmente en zumo de manzana (42,3%) y en alimentos infantiles a base de manzana (33,9%), mientras que raramente se detectó en alimentos sólidos a base de manzana (5,2 %). Sin embargo, el valor máximo (17,6 µg/kg), así como la media de las muestras positivas más elevada (13,5 ± 4,9 µg/kg) corresponde a esta última categoría.

Para la producción primaria, se recomiendan las siguientes medidas preventivas:

  • Controlar las plagas y enfermedades que causen directamente la podredumbre de la fruta o dejen puntos de entrada para los mohos productores de patulina.
  • Manipular la fruta con el máximo cuidado y reducir al mínimo los daños físicos en todas las etapas.
  • Recoger la fruta en condiciones de tiempo seco y colocarla en recipientes limpios.
  • Transportar la fruta recolectada mecánicamente en la planta de elaboración en un plazo de tres días desde la fecha de recolección.

Recomendaciones a las empresas elaboradoras:

  • En la medida de lo posible, la fruta se cargará y refrigerará a menos de 5 °C en un plazo de tres a cuatro días.
  • Si la fruta debe conservarse más de cuatro días, debe guardarse en cámaras de atmósfera controlada, con una concentración de oxígeno inferior al 1,8 % y una concentración de CO2
  • Toda la fruta podrida debe eliminarse lo antes posible, y la fruta sana debe conservarse en contenedores a granel limpios.
  • Las prensas para extraer zumo y otros equipos de fabricación deben limpiarse y desinfectarse.
  • La clarificación de zumos de frutas permite reducir significativamente la proporción de patulina en función del procedimiento utilizado.
  • El zumo debe enfriarse a una temperatura inferior a los 5 °C y mantener esta temperatura hasta que se concentre, se envase o se pasteurice.

El Codex Alimentarius elaboró en 2003 un documento con recomendaciones para la prevención y la reducción de la contaminación por patulina en zumo de manzana e ingredientes de zumo de manzana en otras bebidas (CAC/RCP 50-2003).

La Comisión Europea el mismo año también elaboró la Recomendación de la Comisión (2003/598/CE) relativa a la prevención y la reducción de la contaminación por patulina del zumo de manzana y los ingredientes de zumo de manzana en otras bebidas.

En ambos documentos se describen prácticas recomendadas en base a las buenas prácticas agrícolas y de fabricación.