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Mapa de Peligros Alimentarios

Las bacterias del género Campylobacter spp. pertenecen a la familia Campylobacteraceae. Son microorganismos con forma de espiral, microaerófilos y termotolerantes, que presentan un crecimiento óptimo a una temperatura de 41,5 °C, un pH entre 6,5-7,5, y una actividad de agua (aw) de 0,99. Además, toleran una concentración de sal de hasta el 0,5%. Su crecimiento se ve inhibido cuando las temperaturas son inferiores a 30 °C o superiores a 45 °C, cuando el pH es inferior a 4,9 o superior a 9, cuando la actividad de agua (aw) es inferior a 0,987, o cuando la concentración de sal supera el 2%. Crecen mejor en concentraciones bajas de oxígeno (bacterias microaerófilas).

El reservorio principal de Campylobacter spp. es el tubo digestivo de determinados mamíferos y aves, tanto domésticos como salvajes. Estos microorganismos se aíslan frecuentemente en animales de granja como aves de corral, vacunos, cerdos y ovejas, así como en perros y gatos. El género Campylobacter spp. incluye 16 especies y 5 subespecies, de las cuales C. jejuni y C. coli son los principales causantes de infecciones en humanos. Otras especies como C. lari, C. fetus y C. upsaliensis también pueden ser patógenas, pero con menos frecuencia. En los animales, la enfermedad causada por estas bacterias es poco común, ya que a menudo actúan como portadores asintomáticos.

La especie C. jejuni se asocia principalmente a las aves de corral, mientras que C. coli se encuentra esencialmente en el ganado porcino. En países desarrollados, C. jejuni es la especie más frecuente en infecciones humanas y, junto con Salmonella, es uno de los agentes zoonóticos más frecuentes en casos de enteritis en Europa.

La dosis infectiva de Campylobacter spp. es baja, y se considera que menos de 1.000 organismos pueden ser suficientes para causar infección en humanos. La relación dosis-respuesta es variable dependiendo de las características del alimento ingerido, de la potencial colonización y de la virulencia de la cepa. La contaminación y la manipulación inadecuada de los alimentos son factores clave en la transmisión de la campilobacteriosis.

La campilobacteriosis es una infección intestinal causada principalmente por las especies Campylobacter jejuni y Campylobacter coli. Esta enfermedad se caracteriza por una enterocolitis aguda que se manifiesta con diarrea, rampas, dolor abdominal y, en algunos casos, náuseas y vómitos. Los síntomas suelen aparecer entre dos a cinco días después de la exposición al patógeno, y la diarrea puede ser sanguinolenta e ir acompañada de náuseas y vómitos. La duración típica de la enfermedad es de aproximadamente una semana, aunque en personas con sistemas inmunológicos comprometidos, la infección se puede diseminar en el torrente sanguíneo y provocar bacteriemia o septicemia, que puede ser potencialmente mortal.

Toda la población es susceptible a la enfermedad, aunque los niños y los adultos jóvenes son los que presentan una incidencia más alta.

Es importante mencionar que, aunque la mayoría de los casos son autolimitados, algunas personas pueden experimentar complicaciones postinfecciosas, como el síndrome de Guillain-Barré, que es una afección neurológica que se puede producir después de una infección por Campylobacter.

La fuente más frecuente de infección es la carne de pollo, que a menudo contiene la bacteria si no se cocina adecuadamente. Además, la leche cruda y otros productos lácteos no pasteurizados también pueden ser vectores de transmisión. De acuerdo con los datos de monitorización del Informe de Zoonosis realizado en el 2022 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el porcentaje de muestras positivas por Campylobacter en carne de pollo fresco en Europa fue del 12%.

La contaminación cruzada es importante en la propagación de Campylobacter y se puede producir cuando los utensilios de cocina o las superficies que han estado en contacto con carne cruda se utilizan para preparar alimentos cocidos sin una limpieza adecuada. Eso aumenta el riesgo de transferir la bacteria a alimentos que se consumirán sin cocción.

El contacto con animales infectados, como aves de corral, perros y gatos, contribuye a la infección. Los animales pueden ser portadores asintomáticos de la bacteria y la manipulación de estos animales o de sus excrementos puede derivar en la transmisión en humanos. Asimismo, el agua o los cubitos contaminados también pueden ser fuente de infección.

En el 2022 se confirmaron 137.107 casos de campilobacteriosi en la Unión Europea (UE), con una incidencia de 43,1 casos por 100.000 habitantes. Esta incidencia se mantuvo similar a la del año anterior. Los países con las incidencias más altas fueron Luxemburgo (141,3), la República Checa (137,0), Eslovaquia (87,9) y Dinamarca (87,6). Eso indica que Campylobacter sigue siendo la zoonosis alimentaria más frecuentemente notificada en la UE.

En España, en el 2022, la incidencia de campilobacteriosis fue de 60,1 casos por 100.000 habitantes, con un total de 20.816 casos reportados. La mayoría de los casos se asociaron a infecciones por Campylobacter jejuni y Campylobacter ColiCampylobacter jejuni representa, aproximadamente, el 85,5% de los casos.

Esta cifra representa un aumento en comparación con los años anteriores, volviendo a niveles similares a los del 2019 después de una disminución notable, el año 2020, a causa de la pandemia de la COVID-19.

La carne de pollo es la fuente más común de infecciones por Campylobacter, ya que las aves de corral, como los pollos, son un reservorio importante de esta bacteria. Además de la carne de pollo, la carne de cerdo y la de ternera también puede estar contaminada, aunque está menos frecuentemente asociada.

Los productos lácteos no pasterizados también representan un riesgo, ya que pueden ser una fuente de infección por Campylobacter. La pasteurización elimina bacterias patógenas y es recomendable consumir sólo productos lácteos que hayan sido adecuadamente tratados.

Menos frecuentemente, el pescado y los productos de la pesca, alimentos envasados en atmósfera modificada, como las comidas preparadas listas para consumir y los vegetales de consumo en crudo están asociados a infecciones por Campylobacter.

 

En la etapa de producción primaria:

  • Aplicar normas de higiene estrictas en los corrales de los animales y suministrar alimentos libres de patógenos.

En la etapa de transformación:

  • Temperatura: Campylobacter sobrevive bien a temperaturas de refrigeración (0-10 °C) y a la vez es muy sensible al calor. Tratamientos térmicos por encima de 65 °C permiten su destrucción. Es importante asegurarse de que los alimentos se cocinan de manera uniforme y que se consigue la temperatura adecuada en todas las partes del producto. Por otra parte, la congelación destruye parcialmente la población bacteriana y disminuye su crecimiento. La reducción del 50-90% de la bacteria depende del tiempo y de las condiciones de congelación. Por lo tanto, es importante combinarlo con otras medidas de control.

AESAN. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Informe del comité científico sobre la protección de peligros biológicos de interés en seguridad alimentaria. (2022).

ASAS. Agence Nationale de Sécurité Sanitaire de l’Alimentation, de l’Environnement et du Travail. Fiche de description de danger biologique transmissible par les aliments: Campylobacter jejuni, Campylobacter col ”. (2019).

Departamento de Salud. Generalitat de Catalunya. Guia per a la prevenció i el control de les toxiinfeccions alimentàries. (2006)

ECDC. European Centre for Disease Prevention and Control. Annual epidemiological report: Campylobacter. (2022).

EFSA. European Food Safety Authority. The European Union One Health 2022 Zoonoses Report. EFSA Journal. (2022).

European Comission. Alert and Cooperation Network. Annual Report. (2023).

European Comission. The Rapid Alert System for Food and Feed – Annual Report (2020).

FDA. US Food and Drug Administration. Bad Bug Book Handbook of Foodborne Pathogenic Microorganisms and Natural Toxins (Second Edition). (2022).

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Gobierno de España. Informe de las resistencias antimicrobianas en bacterias zoonósicas e indicadoras de personas, animales y alimentos en 2020. (2020).

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Gobierno de España. Informe de Zoonosis «Una sola salud». (2022).

            

Otros:

Verhoeff-Bakkenes L, Jansen HAPM in ‘t Veld PH, Beumer RR, Zwietering MH, van Leusden FM. Consumption of raw vegetables and fruits: A risk factor for Campylobacter infections. Int J Food Microbiol. 5 enero 2011;144(3):406-12.

Butzler JP, Oosterom J. Campylobacter: pathogenicity and significance in foods. Int J Food Microbiol. 1991;12(1):1-8. (1991).

 

Actualización: noviembre de 2024