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Mapa de Peligros Alimentarios

Clostridium perfringens

Clostridium perfringens es un bacilo corto y rectangular, grampositivo, inmóvil y con la capacidad de formar esporas. Es anaerobio, pero tiene capacidad para iniciar el crecimiento sin condiciones rigurosas de anaerobiosis (microaerófila).

La temperatura óptima de crecimiento de C. perfringens se sitúa en un rango entre los 40 °C y 45 °C, y puede sobrevivir en un amplio rango de temperaturas (10-52 ºC). C. perfringens es una bacteria omnipresente, ampliamente distribuida en el medio ambiente (suelo, sedimentos, aguas residuales, purines, superficies vegetales) así como en la flora intestinal de hombres y animales.

El pH óptimo para su crecimiento se sitúa entre 6,0 y 7, con un rango de valores entre 5,0 y 8,3. Esta bacteria tiene una actividad de agua (aw) óptima en 0,99 para su crecimiento, con un límite inferior entre 0,95-0,97.

C. perfringens se clasifica en cinco tipos principales (A, B, C, D y E) en función de las toxinas que produce. Cada uno de estos tipos puede producir un conjunto diferente de toxinas que pueden afectar diferentes órganos y tejidos. La toxina alfa (α) ─una lecitinasa producida, sobre todo, por el tipo A─ y la toxina (β) (necrosante y termolábil) ─producida sólo por el tipo C─ son las toxinas más importantes para la salud humana.

C. perfringens puede dar lugar a dos tipos de enfermedad; una forma leve de enfermedad ─la gastroenteritis, normalmente leve y autolimitada─ o una forma más aguda de enfermedad ─la enteritis necrosante─, que puede provocar septicemia y puede llegar a causar la muerte. La forma leve de enfermedad generalmente empieza de forma repentina y dura menos de 24 horas. Los síntomas típicos incluyen diarreas acuosas y cólicos abdominales que aparecen entre 6 y 24 horas después de la ingesta de alimentos contaminados, con un período de incubación que suele ser de 8 a 12 horas.

Los síntomas son causados por la ingestión de grandes cantidades de células vegetativas (más de 10). La producción de toxinas en el trato digestivo se asocia a la esporulación.

Los niños, las personas mayores y las personas inmunocomprometidas constituyen los grupos más vulnerables de la población de infección por C. perfringens, y experimentan síntomas agudos que pueden durar 1-2 semanas.

La forma más aguda de enfermedad, la enteritis necrotizante, se caracteriza por dolor abdominal intenso, vómitos, diarrea con sangre por una necrosis (muerte del tejido) en las paredes del intestino delgado. Esta infección puede ser mortal si no se trata rápidamente y es más frecuente en áreas con prácticas de manipulación de alimentos inadecuadas o con una dieta baja en proteínas. A menudo afecta niños y personas con malnutrición en zonas con deficientes condiciones sanitarias.

C. perfringens se transmite principalmente a través de la ingestión de alimentos contaminados con esporas o toxinas bacterianas, especialmente de alimentos cocinados en grandes cantidades y después almacenados a temperaturas inadecuadas.

El amplio rango de temperatura en el cual puede sobrevivir C. perfringens tiene un impacto importante sobre las condiciones de seguridad de la preparación y almacenaje de comida.

Además de la vía alimentaria, C. perfringens puede también causar infecciones en heridas o gangrena gaseosa cuando entra en tejidos a través de lesiones o traumas en entornos contaminados, como accidentes o heridas quirúrgicas.

No hay transmisión directa documentada entre animales enfermos y personas, ni entre personas enfermas y sanas.

C. perfringens es una de las causas más comunes de enfermedades transmitidas por alimentos a escala mundial y a menudo se clasifica como la tercera causa más frecuente de intoxicación alimentaria, después de SalmonellaNorovirus.

Según el informe de zoonosis de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) del 2022, las toxinas de C. perfringens presentes en «otras carnes rojas o mezclas de carnes rojas y sus derivados» fueron la combinación agente/alimento que causó el mayor número de casos de brotes en la Unión Europea (UE) durante el año 2022.

C. perfringens fue responsable de 55 brotes en la UE, el año 2022, con un total de 2.897 casos asociados. Las principales fuentes de contaminación fueron las carnes, los productos cárnicos y las mezclas de alimentos, seguidas de huevos, derivados y, en menor medida, de agua.

En España, entre el 2018 y el 2023 se detectaron un total de 59 brotes, con 2.434 personas afectadas. El brote de mayor magnitud fue uno con 266 casos procedentes de una escuela infantil, que se vinculó a una refrigeración y un mantenimiento de alimentos incorrectos.

El último brote producido por C. perfringens se dio en septiembre de 2024 y afectó a 7 personas que habían comido albóndigas con salsa en un establecimiento público alimentario de Granada.

C. perfringens se relaciona especialmente con intoxicaciones alimentarias asociadas a alimentos ricos en proteínas, que se preparan en grandes cantidades y se mantienen a menudo a temperaturas inadecuadas durante largas horas.

Entre los alimentos más susceptibles a la contaminación por esta bacteria destacan las carnes ─ternera, cerdo y aves de corral─, así como los guisos y las salsas que contienen carnes u otros ingredientes proteicos. Cuando estos alimentos se cocinan y se dejan enfriar lentamente o se mantienen a temperatura ambiente por tiempo prolongado, las esporas de C. perfringens –que son termorresistentes y pueden sobrevivir a la cocción inicial– germinan y se multiplican produciendo las toxinas responsables de la intoxicación.

Hay que respetar las buenas prácticas de higiene:

  1. Enfriar rápidamente los platos elaborados: Enfriar los alimentos rápidamente después de la cocción para evitar que se mantengan en la «zona de peligro» de temperatura ─entre 10 °C y 60 °C─ durante demasiado tiempo.
  2. No mantener a temperatura ambiente más de dos horas: Los alimentos no se tienen que dejar a temperatura ambiente más de dos horas, ya que eso puede permitir que las bacterias se multipliquen.
  3. Mantener la comida refrigerada a temperaturas inferiores a los 10 °C-12 °C: Para evitar el crecimiento bacteriano es recomendable mantener los alimentos refrigerados a temperaturas inferiores a 5 °C.
  4. Recalentar rápidamente los platos elaborados hasta 75 °C justo antes de consumirlos: Es importante asegurarse que los alimentos se recalienten a una temperatura interna de 74 °C (o 75 °C) con el fin de eliminar cualquier bacteria presente. C. perfringens se multiplica rápidamente a la carne o en platos a base de almidón, y a temperaturas entre 30 °C y 50 °C. Mantener los platos elaborados a estas temperaturas durante tiempo permite la proliferación bacteriana hasta niveles críticos.

AESAN. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Informe del Comité científico sobre la protección de peligros biológicos de interés en seguridad alimentaria. (2022).

ANSES. Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail. Fiche de description de danger biologique transmissible par les aliments: Clostridium perfringens”. (2017).

Departament de Salut. Generalitat de Catalunya. Guia per a la Prevenció i el Control de les Toxiinfeccions Alimentàries. (2006)

EFSA. European Food Safety Authority. The European Union One Health 2022 Zoonoses Report. EFSA Journal. (2022).

European Comission. Alert and Cooperation Network. Annual Report. (2023).

European Comission. The Rapid Alert System for Food and Feed – Annual Report (2020).

FDA. US Food and Drug Administration. Bad Bug Book Handbook of Foodborne Pathogenic Microorganisms and Natural Toxins (Second Edition). (2022).

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Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Gobierno de España. Informe de zoonosis «Una sola salud». (2022).

Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Gobierno de España. Brotes de transmisión alimentaria e hídrica en España, 2018- 2022. (2023).

 

Otros

Caballero Torre AE. Higiene Alimentos. Editorial Ciencias Médicas 1–387 (2008).

Wittry BC, Holst MM, Anderberg J, Hedeen N. Operational Antecedents Associated with Clostridium perfringens Outbreaks in Retail Food Establishments, United States, 2015–2018. 19, 209–216 (2022).