Listeria monocytogenes es un bacilo corto, grampositivo, no esporulado y móvil gracias a la presencia de flagelos. Sus condiciones óptimas de crecimiento se encuentran entre temperaturas de 30 °C en 37 °C pero, sorprendentemente, se puede multiplicar en un amplio rango de temperaturas que va desde -2 °C hasta 45 °C, lo cual representa un riesgo significativo en alimentos refrigerados.
En relación con el pH, su actividad óptima se produce en torno a 7, aunque puede crecer en ambientes con un pH tan bajo como 4. Su actividad de agua (aw) óptima es de 0,99, pero puede resistir hasta 0,92 (y hasta 0,90 en presencia de glicerol).
Esta bacteria es notablemente resistente, ya que puede soportar la congelación, pero se destruye mediante la pasteurización a 71 °C durante 15 segundos. Además, es capaz de sobrevivir en condiciones de sequedad y puede proliferar en ambientes húmedos y con poco oxígeno. L. monocytogenes se encuentra ampliamente distribuida en el medio ambiente, y se puede aislar habitualmente en suelos, forrajes, alimentos y estiércol de animales.
Es importante destacar que menos de 1.000 células de esta bacteria pueden causar la enfermedad en personas susceptibles, incluidas mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas, bebés y personas mayores. Las concentraciones de la bacteria inferiores a 100 unidades formadoras de colonias por gramo (UFC/g) no se consideran significativas, ya que no provocan enfermedades en humanos.