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Mapa de Peligros Alimentarios

El deoxinivalenol (DON), también conocido como “vomitoxina”, es una micotoxina que se engloba dentro de los tricotecenos, caracterizados para ser toxinas no estrogénicas. El DON está producido, principalmente, por Fusarium graminearumsFusarium culmorum y otras especies del género Fusarium, que se encuentran de manera natural en cereales de todo el mundo, especialmente el trigo y el maíz. El DON es un compuesto bastante estable, tanto durante el almacenaje de los alimentos como durante su elaboración y cocción, que persiste a temperaturas de hasta 150 °C. A causa de su resistencia a la temperatura, se puede encontrar en los alimentos ya elaborados destinados al consumo humano.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) determinó, el año 1993, que el DON no es clasificable para la carcinogenicidad en humanos (grupo 3).

El año 1999, el Comité Científico de Alimentos (SCF) estableció una ingesta diaria tolerable (IDT) de DON de 1 µg/kg peso corporal/día. En el 2010, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) extendió la ingesta al conjunto de DON y de sus derivados acetilados (3-Ac-DON y 15-AC-DON), dado que estos derivados se transforman en DON in vivo. También estableció una dosis aguda de referencia (ARfD) de grupo de 8 µg/ kg peso corporal/día. Estos valores han sido aceptados y adoptados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y los ha extendido a otros derivados del DON, como el DON-3-glucósido.

Los efectos agudos de la toxicosis por DON en humanos aparecen aproximadamente 30 minutos después de su ingesta y se caracterizan por dolor abdominal, mareo, dolor de cabeza, irritación de la garganta, náuseas, vómitos, diarrea y sangre en los excrementos.

La toxicidad crónica y subcrónica del DON se caracteriza por la pérdida de hambre, anorexia y la alteración de la eficiencia nutricional. Algunos estudios farmacodinámicos, tanto in vivo como in vitro, han demostrado que, a concentraciones bajas, el DON puede potenciar o atenuar la expresión de las citocinas, las cuales pueden alterar la regulación normal de una gran variedad de funciones inmunitarias. A concentraciones elevadas pueden inducir la apoptosis de los leucocitos y producir inmunosupresión generalizada, hecho que puede coincidir con el efecto inmunitario desencadenado por la pérdida de hambre.

El DON es producido por el crecimiento de hongos del género Fusarium en cultivos de cereales, favorecido por climas y temperaturas como los que encontramos en Europa. La época de floración, junto con una humedad elevada, favorece el crecimiento de estos hongos, de manera que las concentraciones de este contaminante en los cereales varían de un año al otro en función del clima.

De acuerdo con el estudio Micotoxinas: dieta total en Cataluña 2008-2009, las concentraciones de fumonisinas en los cereales varían de un año al otro en función del clima. Según el estudio se detectaron en cerveza (el 90% de muestras positivas), alimentos para niños a base de maíz (25%), alimentos sin gluten (30%), cereales del desayuno a base de maíz (39%), aperitivos a base de maíz (61%), alimentos étnicos (51%). En cambio, no se detectó en ninguna de las 72 muestras de maíz dulce analizadas. Ninguna muestra positiva superó el contenido máximo legal.

Según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), entre el año 2012 y el 2020 se comunicaron 49 alertas por presencia de DON en piensos o alimentos distribuidos en Europa, la gran mayoría de ellas en cereales y productos derivados. Sin embargo, entre el año 2020 y el 2024 sólo se han comunicado cuatro alertas por la presencia de este contaminante en los alimentos.

El DON se encuentra, principalmente, en cereales de grano como el trigo, la cebada, la avena, el centeno y el maíz y, menos a menudo, en el arroz, el sorgo y el triticale.

Los niveles de DON son significativamente más elevados en el salvado del trigo que en otros productos derivados de la molienda del trigo. Al mismo tiempo, en los cereales procesados (pan, bollería fina, cereales de desayuno, pasta) los niveles de DON son menores que en los granos sin procesar o semiprocesados como las harinas.

Las medidas de control, vista la dificultad en eliminar el DON de los alimentos, hay que centrarlas en métodos preventivos. La aplicación de buenas prácticas agrícolas junto con buenas prácticas de fabricación son pilares fundamentales.

El Codex Alimentarius publicó, el año 2003, el Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación de los cereales por micotoxinas (CAC/RCP 51-2003), donde hace énfasis en los métodos preventivos para reducir la presencia de las diferentes micotoxinas, entre ellas el DON. Con contenidos similares, encontramos también la Recomendación de la Comisión (2006/583/CE) sobre la prevención y la reducción de las toxinas de Fusarium en los cereales y los productos a base de cereales. La Recomendación aborda los factores clave para controlar la contaminación en el campo: la rotación de cultivos, la gestión del suelo, la elección de la variedad o el híbrido vegetal y el uso riguroso de los fungicidas.

Por último, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) también publicó, el año 2003, el Manual sobre la aplicación del sistema de análisis de peligros y puntos de control críticos (APPCC) en la prevención y el control de micotoxinas. Aunque no hace énfasis en el DON en especial, la aplicación práctica de los conceptos de esta guía puede ser muy útil para reducir la presencia de este peligro.