Mapa Perills

Mapa de Peligros Alimentarios

Cryptosporidium spp.

El género Cryptosporidium incluye a más 25 especies, la mitad de las cuales potencialmente puede infectar a las personas y los animales domésticos. Aunque 17 especies se han asociado a la infección humana, dos son responsables de la mayoría de los casos: C. hominis y C. parvum. Su ciclo vital no incluye huéspedes intermediarios. La infección puede ser orofecal directa, o a través del agua o alimentos contaminados. La dosis infectiva es variable según la especie y el huésped.

Su forma infectante son los ooquistes, que se excretan con los excrementos; se hallan en aguas superficiales y se considera que las condiciones climáticas relacionadas con el cambio climático favorecen su difusión, y así aumenta especialmente el riesgo para niños en las zonas urbanas.

Los ooquistes de Cryptosporidium sobreviven períodos prolongados en condiciones de humedad y frío, que son aquellas que se producen en el almacenaje de productos frescos; resisten las concentraciones habituales de cloro del agua, y son sensibles a la desecación, el calor, la congelación, la radiación ultravioleta y a distintos tratamientos químicos. Su supervivencia en el medio acuático está influida principalmente por la temperatura y la insolación.

Los síntomas suelen aparecer entre una y dos semanas después de la infección: diarrea acuosa abundante, con mucosidad, a veces presencia de sangre, dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre. Según la especie de Cryptosporidium pueden coexistir otros síntomas como dolor articular y ocular. Hay personas en las cuales la enfermedad se autolimita, e incluso las hay asintomáticas. En otros casos, se produce un elevado número de recaídas.

Es uno de los parásitos protozoos más extendidos en Europa que infecta a animales domésticos y salvajes. Es considerado la segunda causa más frecuente de gastroenteritis grave en niños después del rotavirus, y afecta también gravemente a pacientes inmunodeprimidos.

En Cataluña, en el año 2013 se notificaron 13 casos de criptosporidiosis, mientras que en el 2017 fueron 63 casos, lo que supone el 0,6% de las enteritis. En el conjunto del Estado español, las cifras fueron de 107 y 554 casos, respectivamente.

El Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades ha establecido –datos del año 2017– que la ratio de notificación de criptosporidiosis en personas es de 3,1 casos por cada 100.000 habitantes. La ratio más alta por grupos de edad es la de 0 a 4 años: 12,6 casos por 100.000 habitantes

En el año 2017, 21 países de la Unión europea informaron acerca de casos de criptosporidiosis, que sumaban un total de 11.418 casos confirmados. Alemania, Países Bajos y Reino Unido representaron el 71% de estos casos, concretamente el Reino Unido acumulaba el 44%. La distribución de los casos fue bimodal, con un aumento en abril y un pico en septiembre. Una gran proporción de estos picos son atribuibles a casos del Reino Unido (64% en abril y 55% en septiembre), donde es estacional. Los principales brotes se relacionan con el consumo de productos frescos (ensaladas preparadas, zumos de vegetales no pasteurizados…).

Se cree que la transmisión a través del agua, el contacto de persona a persona y el contacto con animales son las vías de transmisión más importantes. Se considera que en torno a un 10% de los casos en personas pueden ser alimentarios. Su vía de transmisión predominante es el agua, ya sea esta agua potable, especialmente a partir de suministros no tratados y particulares, o bien agua para finalidades lúdicas. Los ooquistes también se propagan a través de los pájaros, insectos (moscas) y objetos que se utilizan para realizar trabajos sucios, como puede ser el calzado o la ropa. Los alimentos relacionados con la presencia de este parásito son:
– Frutas, verduras y hierbas que se comen crudas, sin conservar. Los ooquistes se adhieren a las superficies de las plantas y se envuelven en los estomas.
– Zumo de fruta y verdura.
– Productos lácteos.
– Moluscos bivalvos (ostras, mejillones, almejas…).
– Carne.
  • Control a nivel de granjas:

Reforzar las medidas de higiene si entramos en contacto con animales enfermos (con guantes, etc.); quien manipula los animales deberá disponer de información sobre la prevención de la criptosporidiosis; se limpiarán y desinfectarán las instalaciones periódicamente; se impedirá la acumulación de excrementos; se deberán utilizar desinfectantes vaporizados; se asegurará que las superficies y los utensilios se sequen; se deberá permitir la ingesta adecuada de calostro; se procurará una baja densidad de animales; se limitará el contacto entre animales de diferentes edades; se aislarán los animales enfermos; será preciso aplicar cuarentenas a los animales que entran nuevos; controlar a los roedores, y se deberán cambiar los lechos higiénicamente. La aplicación de lactado de halofuginona es una buena profilaxis. Se deberá tener presente que los insectos actúan como vectores mecánicos y transferir los ooquistes de los fangos y los purines a los alimentos. Es fundamental disponer de agua no contaminada por Cryptosporidium, de modo que hay que proteger las fuentes y depósitos de los excrementos e insectos, y limpiar regularmente los abrevaderos.

  • Por los productos hortofrutícolas:

El medio más eficaz para controlar la contaminación en los productos frescos es aplicar buenas prácticas agrícolas (BPA) durante la producción primaria, las buenas prácticas de fabricación (BPF) durante el tratamiento y las buenas prácticas higiénicas (BPH) antes del consumo.
Las BPA suponen evitar regar con aguas fecales, la aplicación de fertilizantes no orgánicos, así como asegurar que los animales domésticos y silvestres no accedan a las zonas de cultivo. Cuando el riego de frutas y hortalizas se realiza por aspersión, debe tenerse muy en cuenta la calidad del agua utilizada.
Los ooquistes son resistentes a las concentraciones de cloro utilizadas normalmente para la desinfección del agua y son notablemente estables a bajas temperaturas. Resisten la lejía pura durante 10 minutos. La exposición prolongada del agua a los productos desinfectantes habituales y en dosis altas conlleva la formación de compuestos secundarios no deseados y, por lo tanto, es incompatible con su aplicación en los alimentos. Los tratamientos con radiación ultravioleta, con ozono o ultrafiltración de membrana de las aguas residuales antes de su uso para el riego reducen la cantidad de patógenos viables, incluidos los ooquistes de Cryptosporidium. Durante el tratamiento de los alimentos si se reutiliza el agua potable, debe garantizarse que se trata adecuadamente para mantener su potabilidad y que los procedimientos de desinfección inactivan los ooquistes de Cryptosporidium. Si no puede evitarse la contaminación y la eliminación a través del lavado, entonces deberán aplicarse procedimientos de inactivación a posteriori.
No hay desinfectantes que sean eficaces contra el criptosporidio. Teniendo en cuenta que el desinfectante más utilizado es el cloro, la eficacia de la cloración para inactivar los ooquistes de Cryptosporidium en productos frescos depende de varios factores, y es fundamental el tiempo de contacto. Para algunos productos delicados como la fruta blanda (fresas, frambuesas, etc.), dicho tratamiento puede ser ineficaz por el poco tiempo de contacto que hay que aplicar para no estropear el producto. El dicloroisocianurato de sodio (NaDCC) puede aplicarse en productos frescos vegetales y frutas en el ámbito doméstico y en la restauración. También puede aplicarse el dióxido de cloro gaseoso y una combinación de ácido levulínico y dodecilsulfato sódico (SDS). La radiación de los productos frescos (ultravioleta, con cobalto-60), el tratamiento por alta presión hidrostática y la ozonización también son eficaces.

  • Los mejillones bivalvos:

Se precisa, como mínimo, tres días de depuración con agua de mar limpia para eliminar los ooquistes. Según las condiciones del entorno, pueden precisarse períodos más prolongados.

  • La carne:

Puede controlarse en carnes curadas por la salinidad y la baja actividad de agua. La cocción, así como lavar las canales de vacuno con agua a 85 °C (recomendado para la descontaminación de patógenos bacterianos), también son eficaces.

  • Otros alimentos:

Cryptosporidium no sobrevive en bebidas carbonatadas, y su pérdida de viabilidad también se ha observado en la cerveza (incluida la cerveza sin alcohol), lo que se asocia a un pH bajo. Por otra parte, se ha demostrado que la pasteurización HTST (a alta temperatura en poco tiempo) los ooquistes se inactivan; en cambio, los ooquistes viables en la leche no se inactivan por el proceso de fermentación utilizado para la fabricación de yogur. El proceso de mezcla y congelación en la fabricación de helados provoca aparentemente la pérdida completa de su viabilidad. Las presiones ultraelevadas, la pasteurización HTST, y la radiación ultravioleta y la aplicación de ácidos orgánicos combinados con peróxido de hidrógeno son eficaces en la sidra.

  1. European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC). Cryptosporidiosis. Annual Epidemiological Report for 2017. Stockholm: ECDC; 2017. Disponible en: https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/cryptosporidiosis-annual-epidemiological-report-2017.pdf

 

  1. Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre la prospección de peligros biológicos de interés en seguridad alimentaria en España. Revista del Comité Científico de la AESAN. 2018;(28):11-67. Disponible en: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/publicaciones/revistas_comite_cientifico/comite_cientifico_28.pdf

 

  1. Public health risks associated with food‐borne parasites: Cryptosporidium, Toxoplasma gondii, Echinococcus. EFSA J. 2018;16(12):5495. Disponible en: https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.2903/j.efsa.2018.5495

 

  1. Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail. Fiche de description de danger biologique transmissible par les aliments : Cryptosporidium 2016-SA-0077. [actualizado diciembre 2019]. Disponible en: https://www.anses.fr/fr/system/files/BIORISK2016SA0077Fi.pdf

 

  1. Centre for Food Safety and Applied Nutrition. Bacteriological analytical manual (BAM). FDA. Disponible en: https://www.fda.gov/food/laboratory-methods-food/bacteriological-analytical-manual-bam

Tipos de alimentos