La histamina es una amina biógena producida por una gran diversidad de bacterias, entre las que destaca Morganella morganii, que inhiben la decarboxilasa del aminoácido esencial histidina para transformarlo en histamina.
En alimentos con alto contenido de este aminoácido, como los productos lácteos, la carne y el pescado, se puede formar la histamina cuando se dan condiciones favorables, como alta temperatura y baja acidez. La formación de histamina en los alimentos está asociada a deficiencias de calidad de las materias primas, falta de higiene en el proceso de fabricación o una refrigeración inadecuada durante el almacenamiento y distribución de los alimentos.
Una vez producida la histamina no puede eliminarse del alimento, ya que resiste a los procesos térmicos como la esterilización y la congelación. La detección a simple vista resulta complicada, puesto que no altera las características organolépticas ni el aspecto de los alimentos.