Mapa Perills

Mapa de Peligros Alimentarios

El plomo es un metal ubicuitario presente de forma natural en la corteza terrestre. Está también presente como resultado de las actividades antropogénicas como la minería y la fundición, fabricación de soldaduras, baterías, munición, y en particular del uso, en el pasado, de plomo en la pintura y la gasolina para su uso como antidetonante. La principal vía de exposición al plomo es la digestiva 1, 2.

El plomo ha sido evaluado en diversas ocasiones por agencias evaluadoras del riesgo, como la EFSA y JECFA. En 2010, estos dos organismos concluyeron que la ingesta provisional semanal tolerable (PTWI) estimada en 25 µg/kg de peso corporal ya no era apropiada para asegurar la protección de la salud, porque causaba una disminución de 3 puntos en el cociente intelectual en niños y incrementaba significativamente la presión sanguínea en adultos. El JECFA y la EFSA indicaron que los datos no permitían identificar una concentración por debajo de la cual no se produjera ningún efecto adverso e identificaron diversas dosis de referencia (BMDL) en adultos y niños 1, 2:

  • Neurotoxicidad en niños (BMDL de 0,5 µg/kg peso corporal/día, EFSA; 0,3 µg/kg peso corporal/día, JECFA).
  • Nefrotoxicidad en adultos (BMDL de 0,63 µg/kg peso corporal/día, EFSA).
  • Efectos cardiovasculares en adultos (BMDL de 1,5 µg/kg peso corporal/día, EFSA; 0,3 µg/kg peso corporal/día, JECSA).

Tóxico multisistémico, que actúa básicamente inhibiendo los sistemas enzimáticos celulares y provocando efectos de diversa magnitud sobre diferentes tejidos y órganos. Puede acumularse en los huesos, los dientes y diversos órganos. Puede provocar alteraciones digestivas, renales, endocrinas, hematológicas, del sistema nervioso central como cefalea, insomnio, alteraciones del carácter y convulsiones, alteraciones del sistema nervioso periférico. El órgano diana es el sistema nervioso central, en particular el cerebro en desarrollo, donde tiene impacto en el desarrollo mental e intelectual en los niños, hasta en niveles bajos de exposición. Está clasificado como un carcinógeno de clase 2A por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) 1, 2.

La tasa de absorción digestiva en niños es 5 veces superior a la de los adultos, que sumado a la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, hace de los niños un grupo especialmente vulnerable a la toxicidad del plomo 1, 3.

Los resultados de los programas de vigilancia y control de los contaminantes químicos que se realizan en Cataluña indicaron una tasa de conformidad del 100% de les 1.939 muestras analizadas en el periodo 2006-2008. La tasa de conformidad de todos los grupos de productos objeto de vigilancia durante el periodo fue del 100%, excepto en los productos hortofrutícolas en los que la tasa de conformidad fue del 66% 6.

Según el Estudio de dieta total en Cataluña, los grupos de alimentos con una mayor contribución a la ingesta de plomo son el pan y cereales (25,80%), carne y derivados (15,41%), seguido de tubérculos (11,72%), juntamente con las verduras y las hortalizas (10,80%) 7. El pescado, representando un 9,24% de contribución también es de relevancia. De hecho, en estudios previos se indicó que, por tipo de pescado, el pescado blanco contribuye en un 53% a la ingesta, y el pescado azul y el marisco aportan el 26% y el 21% respectivamente 5.

Durante el 2019, se produjeron 29 notificaciones de alerta por plomo en Europa en diferentes categorías de alimentos. En este caso, es importante destacar la importancia que tiene la migración de este metal de los materiales en contacto con los alimentos 8.

El plomo presenta una distribución bastante homogénea en todos los grupos de alimentos, pero las concentraciones más elevadas se encuentran en el pescado y marisco.

El control de este químico comprende:

    • Incorporar este peligro en los planes de HACCP.

 

    • Control de materias primas.

 

    • Control de agua de procesamiento.

 

    • Vigilancia de fuentes de emisión cercanas.

 

    Verificación cumplimiento límites máximos en alimentos.

 

1. EFSA. (2010). Scientific Opinion on Lead in Food. EFSA Journal, 8(4):1570. doi:10.2903/j.efsa.2010.1570.
2. AECOSAN. (2018). Plomo. Disponible en: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/ampliacion/plomo.htm
3. Llobet J.M., et al. (2003). Concentrations of arsenic, cadmium, mercury, and lead in common foods and estimated daily intake by children, adolescents, adults, and seniors of Catalonia, Spain. J Agric Food Chem, 51, 838-842.
4. European Comission. (2006). Reglamento (CE) No 1881/2006 de la Comisión de 19 de diciembre de 2006 por el que se fija el contenido máximo de determinados contaminantes en los productos alimenticios. Diario Oficial de la Unión Europea 1881/2006, L364/5-L364/24.
5. ACSA. (2008). Contaminants químics en peix i marisc consumit a Catalunya. Disponible en: http://acsa.gencat.cat/web/.content/_Publicacions/Estudis_de_dieta_total/Estudis_exposicio/Contaminants_peix_i_marisc/Contaminants_peix_marisc_catala.pdf
6. Generalitat de Catalunya. (2011). La vigilància i el control dels contaminants químics ambientals a Catalunya 2006-2008. Disponible en: http://acsa.gencat.cat/web/.content/Documents/eines_i_recursos/svc_contquim2006-08.pdf
7. ACSA. (2012). Contaminants químics. Estudi de dieta total a Catalunya 2012. Disponible en: http://acsa.gencat.cat/web/.content/_Publicacions/Estudis_de_dieta_total/contaminants_quimics/EDT_Contaminants_2012/dieta_total-IV_contaminants-quimics_2012_17.pdf
8. European Comission. Rapid Alert System for Food and Feed (RASFF). Notification portal. Disponible en: https://webgate.ec.europa.eu/rasff-window/portal/?event=SearchForm&cleanSearch=1