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Mapa de Peligros Alimentarios

La zearalenona es una micotoxina producida por diversas especies del género Fusarium, especialmente F. graminerarum, y también F. culmorum, F. equiseti y F. verticillioides. Estas especies infectan a los cereales antes de la cosecha, y el crecimiento y la producción de toxinas ocurren en condiciones de humedad y temperatura elevadas durante el cultivo y después de la cosecha, así como en malas condiciones de almacenamiento.

La presencia de zearalenona es común en el maíz, aunque también se puede encontrar en cebada, avena, trigo, arroz y soja. La zearalenona es una toxina termoestable que puede soportar temperaturas de hasta 150 °C.

En 2000, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) estableció una ingesta diaria tolerable máxima provisional (IDTMP) para la zearalenona de 0,5 μg/kg de peso corporal, con un factor de seguridad de 100. Ese mismo año, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también estableció una ingesta diaria tolerable temporal (IDTt), pero de 0,2 μg/kg de peso corporal aplicando un factor de seguridad de 200. En 2011, la EFSA realizó una reevaluación, en la que estableció una ingesta diaria tolerable (IDT) de 0,25 μg/kg de peso corporal para la zearalenona y el conjunto de sus formas modificadas, de acuerdo con los efectos estrogénicos en cerdos.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) determinó en 1993 que la zearalenona no es clasificable en cuanto a su carcinogenicidad en humanos (grupo 3) porque no existe evidencia de carcinogenicidad, mutagenicidad ni genotoxicidad.

La zearalenona es absorbida y metabolizada rápidamente en el tracto gastrointestinal, formando diferentes metabolitos. La zearalenona y sus metabolitos tienen efectos estrogénicos, especialmente sobre la reproducción, la fertilidad y la supervivencia embrionaria.

La población de riesgo principal son las mujeres, los fetos y los niños de corta edad.

Las especies del género Fusarium se encuentran de forma ubicua e infectan a los cultivos en las plantaciones. Las condiciones de alta humedad y temperatura moderada, presentes durante la floración de los cultivos, favorecen el crecimiento de estos hongos y la formación de zearalenona. Durante el almacenamiento, si este no se realiza en condiciones adecuadas, la concentración de la micotoxina puede incrementarse.

Según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), desde 2012 se han notificado trece alertas por presencia de zearalenona en piensos o alimentos distribuidos en Europa. En once de los casos, el producto eran cereales o productos derivados y, en su gran mayoría, era maíz. F. graminerarum produce zearalenona junto con desoxinivalenol; así pues, en seis de dichas alertas se ha detectado esta copresencia, y también se ha indicado la posible relación de ambas sustancias con brotes de micotoxicosis aguda en personas.

Según el RASFF, entre 2020 y 2025 se han notificado cuatro alertas por presencia de zearalenona en alimentos. Los principales alimentos implicados en estas alertas han sido cereales y productos de panadería, aunque uno de ellos está relacionado con los aditivos alimentarios.

El maíz es la materia prima principal que suele contaminarse con zearalenona, aunque también puede aparecer en cebada, avena, trigo, arroz, sorgo, soja, semillas de sésamo, heno y ensilados.

La zearalenona se ha encontrado en la leche de vaca en condiciones experimentales. Sin embargo, los productos de origen animal no contribuyen significativamente a la exposición humana a la zearalenona. Se transmiten cantidades insignificantes de residuos de zearalenona y de sus metabolitos en la leche de rumiantes y huevos, pero en músculos de ovinos que pastan en campos muy contaminados se han llegado a detectar 500 ppb de esta micotoxina.

De acuerdo con el Estudi de dieta total a Catalunya de 2008-2009 sobre micotoxinas, se detectó en los siguientes alimentos: pan de molde (42 % de muestras positivas), aperitivos de maíz (23 %), alimentos infantiles (22 %), maíz dulce (18 %), pasta (14 %), copos de trigo (13 %), cerveza (11 %) y otros alimentos a base de cereales (<10 %).

La prevención del crecimiento de hongos productores de zearalenona mediante la aplicación de buenas prácticas agrícolas (BPA) desde la producción primaria es considerada el mejor enfoque para evitar o reducir su presencia en los alimentos. El Codex Alimentarius de la FAO/OMS ha elaborado un código de prácticas para la prevención y reducción de micotoxinas en cereales (CAC/RCP 51-2003), que pone énfasis en la producción primaria y el almacenamiento.

La Comisión Europea ha elaborado la Recomendación (2006/583/CE) sobre la prevención y la reducción de las toxinas de Fusarium en los cereales y productos a base de cereales. La Recomendación aborda los factores clave para controlar la contaminación en el campo: la rotación de cultivos, la gestión del suelo, la elección de la variedad o híbrido vegetal y el uso riguroso de los fungicidas.

Los operadores de empresa alimentaria deben asegurar que sus sistemas de autocontrol prevén este peligro y garantizan que los productos que comercializan no superan los niveles establecidos por la legislación.