La melamina (C3H6N6) es una sustancia obtenida en grandes cantidades principalmente de la producción de resinas utilizadas para la fabricación de laminados, plásticos y recubrimientos usados en materiales en contacto con los alimentos. También se ha utilizado para la fabricación de materiales retardadores de llama. Además, es un metabolito de la ciromazina, un medicamento veterinario y pesticida1.
La melamina, rica en nitrógeno, se adiciona de manera fraudulenta a los productos alimentarios para aumentar aparentemente su contenido proteico2. La melamina se degrada en amelina, amelida y ácido cianúrico, que causan su toxicitat1,2. La exposición a la melamina puede provocar la formación de cristales en las vías urinarias que pueden causar tubolopatías proximales y también la muerte3. El Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos de la Comisión Europea estableció una ingesta diaria admisible (IDA) para la melamina de 0,5 mg/kg que, posteriormente, en abril de 2010, fue revisada por la EFSA, que propuso una IDA inferior de 0,2 mg/kg3.
El caso más grave de los incidentes con melamina se produjo en el año 2008 en China, donde se adulteró con melamina leche para niños y productos para bebés, y causó así la muerte de 6 niños y problemas renales en más de 200.0002.