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Mapa de Peligros Alimentarios

La Salmonella es un género de bacterias gramnegativas que pertenece a la familia de las enterobacterias. Es un patógeno zoonótico, lo cual significa que puede ser transmitido entre animales y humanos, y es conocido por ser uno de los agentes patógenos que causan más infecciones alimentarias a escala mundial, incluyendo la salmonelosis, la infección gastrointestinal más común. Dentro de este género de bacterias se distinguen dos especies principales: Salmonella enterica y Salmonella bongori.

Salmonella enterica es la especie más relevante en salud pública, ya que puede ser subdividida en más de 2.500 serovariedades, también conocidas como serotipos, que se diferencian por sus características estructurales y patogénicas. La diversidad de serotipos es uno de los factores que complica el control de la salmonelosis, ya que cada serotipo puede tener un rango de huéspedes y mecanismos con virulencias diferentes. A pesar de eso, de estos 2.500 serotipos los más comunes en humanos son Salmonella enteritidis y Salmonella typhimurium, responsables del 99% de las infecciones por Salmonella.

El crecimiento óptimo de la Salmonellase sitúa a temperaturas entre 35°C y 37°C, aunque puede sobrevivir en condiciones extremas entre 5°C y 50°C. El pH óptimo para su crecimiento se encuentra entre 6,5 y 7,5. No obstante, Salmonella puede sobrevivir en un rango de pH más amplio, que va desde 4,5 hasta 9,5, aunque su crecimiento se ve inhibido en condiciones ácidas (pH por debajo de 4,5). Eso significa que, en entornos con un pH más ácido, Salmonella no puede proliferar, si bien puede permanecer viable.

La actividad de agua (aw) óptima para el crecimiento de Salmonella se sitúa entre 0,94 y 0,99. En este rango, la bacteria puede proliferar de manera eficiente. Cuando la actividad de agua es inferior a 0,93, el crecimiento de Salmonella se reduce significativamente, y por debajo de 0,60 no puede crecer.

Su capacidad para desarrollar resistencia a antibióticos es una preocupación creciente, ya que puede complicar el tratamiento de infecciones graves.

La cantidad necesaria de microorganismos para causar la enfermedad depende de la virulencia de la cepa, que está relacionada con el serotipo. Sólo entre 15 y 20 células pueden ser suficientes para provocar una infección por salmonelosis, dependiendo de la edad y el estado de salud de la persona infectada.

El hábitat natural de estas bacterias es el tracto digestivo de los animales y de los humanos, con una presencia notable en aves de corral, cerdos y reptiles. No obstante, también se pueden encontrar en suelos, aguas y otros ambientes.

La salmonelosis es la enfermedad causada por la infección con bacterias del género Salmonella. En humanos, se manifiesta principalmente como una gastroenteritis, con síntomas que incluyen diarrea, fiebre, náuseas, vómitos y cefaleas que suelen aparecer entre 6 y 72 horas después de la infección. La gravedad de los síntomas puede variar considerablemente dependiendo de factores como la edad, el estado de salud previo, la dosis ingerida y las características de la cepa.

En general, la mayoría de los casos son autolimitantes, con una recuperación que se produce en pocos días, pero esporádicamente pueden aparecer complicaciones graves como septicemia, artritis séptica o meningitis, que pueden ser potencialmente mortales si no se tratan adecuadamente. Además, la salmonelosis puede ser especialmente peligrosa para grupos vulnerables, como los niños pequeños, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios comprometidos.

La salmonelosis es una enfermedad de declaración obligatoria en muchos países, incluyendo España, donde las autoridades sanitarias están obligadas a notificar los casos confirmados.

 

La transmisión de Salmonella se produce principalmente a través de la ingesta de alimentos contaminados, especialmente carne de pollo, de cerdo, carne fresca de vacuno, huevos (alimentos con huevo crudo como salsas, helados, cremas, masas de pastelería…), leche no pasterizada, zumos de fruta no pasterizados, brotes de semillas de soja o alfalfa, y agua contaminada.

La contaminación puede ocurrir en cualquier etapa de la cadena alimenticia, desde la producción hasta la manipulación inadecuada de los alimentos, como podrían ser las carnes cocinadas insuficientemente. Además, Salmonella puede ser transmitida por contacto directo con animales infectados como las tortugas y las serpientes, o sus excrementos.

La higiene personal es fundamental para prevenir la infección, ya que la contaminación cruzada entre alimentos crudos y guisados puede facilitar la propagación de la bacteria. Las autoridades sanitarias recomiendan lavarse las manos frecuentemente, especialmente después de manipular alimentos crudos o tener contacto con animales. En entornos agrícolas, la gestión adecuada de los residuos animales y la limpieza de las instalaciones son esenciales para reducir el riesgo de contaminación. La vigilancia y el control de Salmonella en animales de granja también son cruciales para prevenir su entrada en la cadena alimenticia.

En el 2023, la salmonelosis fue un problema significativo en la seguridad alimentaria, al ser el microorganismo patógeno más reportado en las notificaciones del Sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF). Se registraron 582 notificaciones, de las cuales 153 estaban vinculadas a carne de aves y productos derivados provenientes de Polonia. Además, se identificaron brotes de salmonelosis en varios países, con un brote multiestado de Salmonella enteritidis relacionado con productos de carne de pollo que produjo 237 casos confirmados en 14 países de la Unión Europea (UE), el Reino Unido y los Estados Unidos.

La incidencia de la salmonelosis en la UE en el 2022 fue de 15,3 casos por 100.000 habitantes, con un total de 65.208 casos confirmados reportados. Esta incidencia se mantuvo estable en comparación con el año anterior. La proporción de casos hospitalizados fue del 38,9%, ligeramente superior a la del 2021, con una tasa de letalidad de 0,22%.

En España, en el 2022 se notificaron 20.816 casos de salmonelosis, con una tasa de incidencia de 60,1 casos por 100.000 habitantes. Tal tasa fue similar a la de 2021, de 60,0 casos por 100.000 habitantes. España fue uno de los países con un número más significativo de casos, y la incidencia fue superior a la media de la UE, de 15,3 casos por 100.000 habitantes.

Los alimentos por lo común más asociados con Salmonella incluyen la carne de cerdo, los huevos, la carne de pollo, la carne fresca de vacuno y algunos productos lácteos. Además, se han registrado casos de contaminación en alimentos vegetales, como verduras y frutas, a través del uso de agua contaminada o de fertilizantes orgánicos.

En Europa, se ha observado que la carne de pollo es una de las fuentes más frecuentes de Salmonella, con un porcentaje de positivos en los análisis de alimentos de 2,67% en el 2022. Los huevos también son una fuente frecuente de contaminación, ya que pueden estar contaminados en el interior antes de su puesta o contaminar productos hechos a base de huevo sometidos a tratamientos térmicos insuficientes. Recientemente, los vegetales frescos y deshidratados o las semillas germinadas han causado brotes de toxiinfección por Salmonella.

Medidas en la producción primaria:

  • Vacunación como profilaxis para tratar específicamente algunos serotipos (por ejemplo, Salmonella enteritidis y typhimurium) en cadenas de producción, como en la producción de huevos de aves de corral para el consumo.
  • Control de la calidad microbiológica del agua utilizada en los cultivos, medida indispensable para prevenir la contaminación.
  • Aplicación de los principios de análisis de peligros y puestos de control críticos (APPCC) y de las buenas prácticas higiénicas (BPH) y de fabricación (BPF) en la producción de pienso para animales, que comportan beneficios de seguridad.

Medidas en la industria:

  • Control de las materias primas, principalmente huevos, carne de cerdo, aves y leche.
  • Respeto por las buenas prácticas higiénicas y de manipulación, evitando contaminaciones cruzadas.
  • Disposición de programas adecuados de limpieza y desinfección en las áreas de elaboración de alimentos.
  • Verificación de la adecuación de los tratamientos térmicos aplicados a los alimentos.

AESAN. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Informe del comitè científico sobre la protección de peligros biológicos de interés en seguridad alimentaria. (2022).

ANSES. Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail. Fiche de description de danger biologique transmissible par les aliments: Salmonella spp ”. (2021).

Departament de Salut. Generalitat de Catalunta. Guia per a la Prevenció i el Control de les Toxiinfeccions Alimentàries. (2006).

ECDC. European Centre for Disease Prevention and Control. Annual epidemiological report: Salmonellosis. (2022).

EFSA. European Food Safety Authority. The European Union One Health 2022 Zoonoses Report. EFSA Journal. (2022).

European Comission. Alert and Cooperation Network. Annual Report. (2023).

European Comission. The Rapid Alert System for Food and Feed – Annual Report (2020).

FDA. US Food and Drug Administration. Bad Bug Book Handbook of Foodborne Pathogenic Microorganisms and Natural Toxins (Second Edition). (2022).

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Gobierno de España. Informe de las resistencias antimicrobianas en bacterias zoonósicas e indicadoras de personas, animales y alimentos en 2020. (2020).

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Gobierno de España. Informe de Zoonósis «Una sola salud». (2022).

 

Otras:

Wray, C. SALMONELLA. Properties and Occurrence. Encyclopaedia of Food Sciences and Nutrition, (2ª ed.), 5074-5079. (2003)

Pui, C.; Wong, W. et al. Salmonella: A foodborne pathogen. International Food Research Journal; 18, 465-473. (2011).