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Mapa de Peligros Alimentarios

La semicarbazida (SEM) es una molécula que pertenece al grupo químico de las hidracinas y se puede encontrar en alimentos fruto de la transformación metabólica o degradación de otros compuestos. La semicarbazida es un metabolito de la nitrofurazona, un medicamento veterinario prohibido en la Unión Europea (UE) en animales productores de alimentos, de modo que se utiliza como indicador del uso de este antibiótico prohibido en los alimentos de origen animal.

La SEM es también metabolito de la azodicarbonamida, aditivo que se usa en juntas de PVC de tapas de botes y botellas. En algunos países (EE. UU., Canadá, Brasil), la azodicarbonamida también se utiliza como aditivo alimentario para su uso como agente blanqueador de la harina de cereales y como acondicionador de masa.

La SEM también se ha detectado en los productos derivados de algas marinas, de las que se extraen los compuestos carragenanos (polisacáridos) usados ampliamente como aditivos alimentarios.

En 1987, la Agencia Internacional de la Investigación sobre el Cáncer (IARC) determinó que la evidencia de carcinogenicidad es inadecuada en humanos y limitada en animales experimentales (grupo 3).

Los efectos tanto agudos como crónicos de la semicarbazida son difíciles de establecer, dado que solo existen estudios in vitro relacionados con este contaminante. En cuanto a toxicidad aguda, los estudios en animales muestran que pueden llegar a causar convulsiones y mortalidad.

Aunque no existen evidencias concluyentes de carcinogenicidad en humanos, en animales algunos estudios muestran un aumento de tumores pulmonares y vasculares con dosis altas.

Debido a que la semicarbazida es producto de la degradación o metabolización de otras sustancias, se han identificado cinco fuentes químicas a las que se atribuye la presencia de SEM en alimentos:

– Como metabolito del medicamento veterinario nitrofurazona.

– Como producto de descomposición térmica derivado del uso de azodicarbonamida para fabricar juntas de plástico espumado para tapas metálicas en tarros de cristal para alimentos.

– Como producto de descomposición de la azodicarbonamida utilizada como agente de tratamiento de la harina.

– Como producto de reacción formado por la acción del hipoclorito sobre aditivos alimentarios y/o alimentos.

– Presente a niveles de fondos de forma natural o de fuentes todavía no identificadas.

Según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), entre 2020 y 2024 no se ha comunicado ninguna alerta por la presencia de semicarbazida en alimentos.

A principios de los 2000, se detectó semicarbazida en alimentos envasados en frascos y botellas de cristal, metal o PVC. Los ejemplos de los alimentos implicados incluyen algunos tipos de alimentos infantiles, zumos de frutas, conservas de mermeladas, miel, vegetales esterilizados, mayonesa, mostaza, salsas y ketchup. La SEM también se ha detectado en los productos derivados de algas marinas, que son ampliamente utilizados como aditivos alimentarios, piensos para animales, carne y pescado. Este contaminante se puede encontrar en múltiples matrices alimentarias.

En los casos en que la fuente de contaminación pueda ser el envase, se recomienda reducir la medida y forma de los envases y de las juntas para limitar la superficie de contacto y, por lo tanto, la migración de SEM al alimento. También, la reducción del uso de azodicaronbamida para fabricar dichos envases sería una opción.

La nitrofurazona, a pesar de ser un antibiótico prohibido en alimentos de origen animal, puede ser la fuente de la presencia de semicarbazida en el producto final, así que resulta esencial realizar controles sobre los proveedores y la materia prima obtenida puesto que puede provenir de la producción primaria.

Por último, también resultaría útil verificar que los procesos de fabricación no impliquen el uso de hipoclorito en combinación con aditivos alimentarios con los que pueda reaccionar para formar semicarbazida, como es los caso de los carragenanos.