La semicarbazida (SEM) es un producto químico que forma parte del grupo de las hidracinas. La SEM se ha encontrado en una gran variedad de alimentos y su presencia tiene distintos orígenes como la biotransformación metabólica de la nitrofurazona (fármaco antibacteriano prohibido en animales productores de alimentos), la degradación del compuesto azodicarbonamida (aditivo blanqueante, aditivo de materiales plásticos, compuestos utilizados en las juntas de cierre de tapas de metal en envases de vidrio) y en procesos tecnológicos que utilizan resinas con carragenanos (ref.1,2).
Se ha relacionado la semicarbazida con un grado potencial de carcinogénesis y genotóxicidad (ref.3).
Por su mayor riesgo para la salud es prudente reducir la presencia de semicarbazida en los alimentos infantiles envasados, ya que la ingesta potencial más elevada de semicarbazida suele darse en niños que consumen leche y alimentos preparados para recién nacidos.
La presencia de SEM está ligada a la industria de alimentos envasados. Las cantidades que se detectan en alimentos pueden ser variables, desde las bajas hasta las no detectables (ref.3).
Actualmente, los consumidores pueden seguir consumiendo alimentos en envases, no siendo necesario cambios en los hábitos alimentarios (ref.3,4).
Se ha encontrado semicarbazida en alimentos envasados en frascos y botellas de vidrio, metal o PVC. Los ejemplos de los alimentos implicados incluyen algunos tipos de alimentos para bebés, zumos de frutas, conservas de mermeladas y miel, vegetales esterilizados, mayonesa, mostaza, salsas y kétchup. La SEM también se ha detectado en los productos derivados de algas marinas, que son ampliamente utilizados como aditivos alimentarios (ref.1,3).
Actualmente se realizan estudios sobre las causas posibles de la presencia de SMZ en los alimentos y complementariamente, estudios de genotoxicidad in vivo, de toxicocinética y muestreos analíticos de SMZ en diferentes tipos de alimentos para identificar las variables y los procesos implicados en la aparición de SMZ. En este sentido, la industria deberá llevar a cabo estudios adicionales para confirmar o, por el contrario, desestimar la presencia de SEM y determinar el nivel potencial de riesgo mínimo (ref.1,3,4).
1. Anadón, A., Arboix, M., Cacho Palomar, J.C. & Centrich, F. 2004. Opinión del Comité Científico de la AESA sobre una cuestión planteada por la Presidencia de la AESA, en relación con el riesgo de la presencia de Semicarbazida (SEM) en algunos productos alimenticios envasados en tarros de vidrio con tapas de metal con juntas de PVC. AESAN. Revista del Comité cientifico. 8 pag. 2. Hoenicke K, Gatermann R, Hartig L, Mandix M. & Otte S. 2004. Formation of semicarbazide (SEM) in food by hypochlorite treatment: is SEM a specific marker for nitrofurazone abuse? Food Addit Contam. 21(6):526-37. 3. World Health Organization (WHO). 2012. Semicarbazide. Food safety. Chemical risks in food. 4. EFSA. 2005. Opinion of the Scientific Panel on Food Additives, Flavourings, Processing Aids and Materials in Contact with Food on a request from the Commission related to Semicarbazide in food. The EFSA Journal, 219:1-36.