Mapa Perills

Mapa de Peligros Alimentarios

Las ocratoxinas son metabolitos producidos por hongos de los géneros Aspergillus y Penicillium, entre los que destacan Aspergillus ochraceus y Penicillium verrucosum.

El género Aspegillus crece en un intervalo de temperatura comprendido entre 12 y 37 °C, se asocia a climas cálidos y tropicales, y se detecta sobre todo en alimentos almacenados.

El género Penicillium crece en un intervalo de temperatura más bajo (4-31 °C) y con una actividad de agua de 0,80, por lo que puede contaminar alimentos producidos en climas templados y fríos, especialmente cereales y derivados.

Las ocratoxinas se producen de forma natural, siendo la más representativa la ocratoxina A (OTA), ya que es la más frecuente y, a la vez, la más tóxica. Esta suele encontrarse simultáneamente con la presencia de ocratoxina B (OTA declorada) y ocratoxina C (OTA etilada).

La OTA presenta una resistencia elevada a la acidez y a las altas temperaturas, y normalmente resiste, de una u otra forma, a la mayoría de los procesos productivos. Por tanto, puede estar presente en alimentos destinados al consumo humano, y se requieren temperaturas superiores a 250 °C durante varios minutos para reducir la concentración de estas toxinas.

La ocratoxina A es absorbida rápidamente después de la ingesta oral, con una biodisponibilidad de entre el 40 % y el 66 %. Pese a su rápida absorción, la excreción tarda en producirse, con una vida media plasmática de 35 días. La razón principal es su lenta metabolización y, al mismo tiempo, la gran afinidad de esta toxina por las proteínas presentes en el plasma sanguíneo.

La EFSA ha evaluado los efectos crónicos de la exposición a la OTA y ha mostrado los posibles efectos nefrotóxicos, inmunotóxicos, carcinogénicos, neurotóxicos, genotóxicos y teratogénicos.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó en 1993 la ocratoxina A como posible carcinógeno para los humanos (grupo 2B).

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estableció en 2006 una ingesta semanal tolerable (IST) de 120 ng/kg de peso corporal para la ocratoxina A. En la reevaluación realizada en 2020, se estableció un BMDL de 4,73 µg/kg de peso corporal para efectos no neoplásicos y un BMDL de 14,5 µg/kg de peso corporal para efectos neoplásicos.

Las ocratoxinas son producidas por el crecimiento de determinadas especies fúngicas en los alimentos. El crecimiento de los hongos y la producción de las ocratoxinas pueden verse favorecidos por diversas condiciones:

Tabla 1. Condiciones de crecimiento para la producción de ocratoxinas

  A. ochraceus P. verrucosum
Temperatura óptima de crecimiento 24 a 37 °C 20 °C
Temperatura óptima para la producción de OTA 31 °C 20 °C
pH óptimo de crecimiento 3 a 10 6 a 7
Aw mínima para la producción de OTA 0,8 0,86

En 2019 se notificaron 84 alertas por ocratoxina A en alimentos en Europa, de las que 53 fueron en vegetales y fruta, 9 en cereales y derivados, 9 en frutos secos y 7 en especias como el pimentón y la guindilla molida.

Según los datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF), entre 2021 y 2022 se comunicaron 44 alertas por la presencia de ocratoxinas en alimentos, y entre 2023 y 2024 se comunicaron 48. Por tanto, en los últimos años podemos observar una tendencia estable en cuanto a este peligro.

Los alimentos principales implicados en estas alertas han sido las frutas (principalmente higos secos), los frutos secos, los cereales y los productos derivados del cacao.

Las ocratoxinas se encuentran principalmente en cereales y legumbres de regiones geográficas húmedas, tanto templadas como frías. Además, pueden aparecer en productos molidos como café, cacao y derivados; vino y bebidas alcohólicas; frutos secos, pasas e higos secos; y zumo de uva, así como en productos de origen animal, como los riñones y el hígado de cerdo, debido a la ingesta de pienso contaminado.

De acuerdo con el Estudi de dieta total a Catalunya de 2008-2009 sobre micotoxinas, se detectaron en los alimentos siguientes: cerveza (89 % de las muestras), vino de postre (55 %), café (50 %), cacahuetes (40 %), copos de trigo (15 %), vino tinto (15 %), pan de molde (12 %), alimentos infantiles, pistachos y copos de maíz (por debajo del 10 %).

De acuerdo con el informe La vigilància i control de les micotoxines a Catalunya de 2009-2010, la OTA se detectó en café (74 % de las muestras), vino (52 %), condimentos y especias (60 %), cereales (20 %) y frutos secos (20 %).

La prevención del crecimiento de hongos productores de ocratoxina mediante la aplicación de buenas prácticas agrícolas (BPA) desde la producción primaria es considerada el mejor enfoque para impedir su presencia en los alimentos. Normalmente, estos hongos crecen en las partes dañadas de las plantas, causadas por los procesos mecánicos o por los insectos y favorecidos por unas condiciones de temperatura, un pH y una actividad de agua determinados.

El Codex Alimentarius elaboró recomendaciones para la prevención y la reducción de la contaminación por ocratoxinas en diferentes alimentos:

  • Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación de los cereales por micotoxinas (CAC/RCP 51-2003)
  • Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación de ocratoxina A en el café (CAC/RCP 69-2009)
  • Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación del cacao por ocratoxina A (CAC/RCP 72-2013)
  • Código de prácticas para prevención y reducción de la contaminación por ocratoxina A en el vino (CAC/RCP 63-2007)

La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA) también ha elaborado un documento de buenas prácticas de almacenamiento para evitar el crecimiento de ocratoxina (The UK Code of Good Storage Practice to Reduce Ochratoxin A in Cereals).

Los operadores de empresa alimentaria deben asegurarse de que sus sistemas de autocontrol prevén este peligro y garantizan que los productos que comercializan no superan los niveles establecidos por la legislación europea. En la UE, la dilución con alimentos no contaminados está prohibido.

ACSA. Agència Catalana de Seguretat Alimentària. La vigilància i control de les micotoxines a Catalunya. Període 2009-2010. 2012.

ACSA. Agència Catalana de Seguretat Alimentària. Micotoxines. Estudi de dieta total a Catalunya, 2008-2009. 2012.

Comisión Europea. Rapid Alert System for Food and Feed. RASFF Portal. 2025.

EFSA. Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Risk assessment of ochratoxin A in food. EFSA Journal. 2020.

FAO y OMS. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Organización Mundial de la Salud. Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación del cacao por ocratoxina A (CAC/RCP 72-2013). 2013.

FAO y OMS. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Organización Mundial de la Salud. Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación de ocratoxina A en el café (CAC/RCP 69-2009). 2009.

FAO y OMS. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Organización Mundial de la Salud. Código de prácticas para prevención y reducción de la contaminación por ocratoxina A en el vino (CAC/RCP 63-2007). 2007.

FAO y OMS. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Organización Mundial de la Salud. Código de prácticas para prevenir y reducir la contaminación de los cereales por micotoxinas (CAC/RCP 51-2003). 2003.

FSA. Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido. The UK Code of Good Storage Practice to Reduce Ochratoxin A in Cereals. 2007.

IARC. Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. Monographs on the evaluation of carcinogenic risks to humans, some naturally occurring substances: food items and constituents, heterocyclic aromatic amines and mycotoxins. 1993.

Otros

Reddy L, Bhoola K. Ochratoxins-food contaminants: impact on human health. Toxins (Basel). 2010 Apr;2(4):771-9. doi: 10.3390/toxins2040771.

Martínez Torres CC, Chaves Silva DC. Ocratoxinas y su potencial nefrotóxico. 2019.